Estos cupcakes son de ganache de chocolate blanco, la única novedad ha sido la purpurina comestible que he usado sobre los números para destacar tan importante cifra. Las estrellas las hice con fondant, como los número, y usé mis mini cortadores con expulsor.
Cumplir treinta... hace ya seis años que me pasó a mí... y la verdad es que te empiezas a dar cuenta que ya eres MAYOR, en cinco añitos de nada dejarás de englosar las estadísticas de jóvenes para pasar a ser un verdadero ADULTO, el tiempo empieza a acelerarse de forma tan sorprendente..., los años pasan y casi no te das cuenta. Recuerdo cuando era pequeña y llegaban las vacaciones de verano, se hacían larguísimassss, cuando regresaba al cole parecían que habían pasado tres años en lugar de tres meses, pero a medida que creces el tiempo empequeñece ¿no?.
Unos cupcakes de lo más sencillos ¿verdad? pues nooooooo, ¡la que armé en la cocina fue buena!, pero me reí un buen rato, lo estoy escribiendo ahora y no puedo evitar la sonrisa y ¿qué me pasó?... me disponía a montar el ganache de chocolate para introducirlo en la manga pastelera, os lo creáis o no yo sólo tengo una simple batidora ¡sí, sí! de esas que tienen accesorios para montar, picar, batir, hacer masas... pero no os engañéis es sólo una batidora, pues estaba yo montando el ganache cuando... la verdad no sé muy bien lo que me ocurrió, se me escapó el baso de la batidora y empezó a dar vueltas como diabólica máquina lanzando ganache de chocolate por todas partes, paredes, techo, ventanas, mesa, sillas, armarios, suelos, yo misma y a mi Ana, y para colmo de color lila, fueron segundos pero se puso todo... en un principio me entraron ganas de gritar y lanzar la batidora por la ventana a algún universo muy muy lejano, pero escuché la vocetita de Ana diciendo a media lengua <<¡alaaaaaaaaaa! y ¡yo no he sido!>> moviendo su pequeña manita señalando todo el estropicio, con el pelo y la cara llena de pegotes de ganache, fue ahí cuando no pude evitar soltar una carcajada, estábamos para una foto... y la cocina... todo ésto me pasa porque no tengo una KITCHEN AID, ¿Sí? o ¿sí? ¡quiero una Kitchen Aid!
Después de limpiarlo todo y volver a hacer el ganache llegó Enrique a casa, y ahí estaba Ana contando a su manera el percance, ¡cómo para pedirle que guarde un secreto!, ¡qué simpática estaba gesticulando y explicando a su manera lo ocurrido! ¡qué tres añitos más graciosos!