Esta tarta es similar a la tarta del naufragio, pero el doble de grande, no en diámetro sino en altura, tendría unos veinte centímetros de altura y para cubrirla con la pasta laminada lo hice en dos fases, primero forré el lateral, medí la altura y el diámetro y modelé un rectángulo basándome en esos números, enrollé la pasta resultante en mi rodillo para ayudarme a ponerla en la pared de la tarta, después forre la parte superior con un trozo de pasta en forma circular, como si se tratase de una tapa, para finalizar la unión la disimule con un "churrito" de pasta que hice con mi pistola de fondant.
Como la tarta era tan alta no podía cubrirla de una sola vez sin que apareciese alguna arruga en el fondant, yo por lo menos no lo consigo, de esta forma la superficie quedó muy lisa. Los edificios que la coronan son de pasta de goma, cuando mi hijo de cuatro años vio la tarta me dijo que le gustaba mucho pero que le faltaba color ¡y tenía razón! así que decidí rodearla con edificios de colores, de esta forma ganó mucho. El bizcocho era de nata, mi preferido, lo bañé con almíbar de limón y lo rellené con crema de mantequilla de limón, muy rica, me quedó con un intenso aroma y sabor a limón. Me hubiera gustado ver el corte, le hice bastantes cortes al bizcocho donde intercalé la buttercream de limón.
¡Hasta la próxima!